Elon Musk es un empresario, inversor y magnate sudafricano conocido por ser fundador de empresas como Tesla, SpaceX y Neuralink entre otras. Si algo se ha comentado bastante de él a lo largo del 2022 es su deseo de querer comprar la red social Twitter, así que, en el post de hoy, vamos a ver qué es todo el revuelo que está causando.
El 27 de octubre de este mismo año, Musk anunció oficialmente que había comprado la plataforma por 44.000 millones de dólares a través de un mensaje en la propia red social el cual decía "el pájaro ha sido liberado"
La primera medida que llevó a cabo nada mas llegar al cargo fue despedir a más de 7.500 empleados junto con gran parte de la junta directiva, donde se situaban personas como Ned Segal, director financiero, o Parag Agrawal, director ejecutivo, entre otros. La razón por la que decidió hacer esto es, según él, porque quería "reducir los gastos a solo los que fueran estrictamente necesarios".
Para reforzar esta decisión, Musk también ha decidido prescindir de servicios como el de seguridad en las oficinas neoyorquinas de la empresa con el despido de 10 trabajadores, se ha negado de pagar el alquiler en San Francisco (reduciendo el espacio laboral a dos de seis plantas) y ha cerrado oficinas como las de Seattle. Si nos vamos a España, ya ha llegado a despedir a 26 empleados.
La segunda decisión tomada fue readmitir en la plataforma a personajes que habían sido anteriormente vetados por difamar cierto tipo de ideas o pensamientos tales como el antisemitismo, la negación de la existencia del Covid-19 o la manipulación de votos en las elecciones presidenciales estadounidenses pero al mismo tiempo, ha vetado a algunos periodistas de la CNN, The New York Times o The Washington Post entre otros (aunque estos fueron readmitidos casi de inmediato tras realizarse una encuesta entre los usuarios donde el propio Elon preguntaba si preferían que se les levantara el veto inmediatamente o pasada una semana).
Un tercer aspecto fue el inicio de una campaña contra el uso de otras redes sociales, concretamente a Instagram, Facebook, Mastodon, Tribel, Truth Social y Nostr y Post.
Con esta medida se impedía que los usuarios pudieran compartir enlaces de alguna de estas otras aplicaciones, que se nombren, o que estas mismas tuvieran la posibilidad de crearse un perfil en el propio Twitter.
Todas estas cosas han servido para batir un récord en el número de usuarios activos por el gran revuelo causado, pero también son las causantes de que el magnate haya perdido más 137.000 millones de dólares; que se reduzca la plantilla hasta la mitad de la que tenía antes de los despidos masivos; que las instituciones bancarias desconfíen de Musk porque les ha supuesto más de 500 millones de dólares en pérdidas a través de préstamos o, que se desplomen las acciones de Tesla casi un 50 por ciento.
¿Es esto el final de Twitter o aún tiene posibilidad de salvarse? Solo el tiempo nos lo dirá.
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