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sábado, 7 de enero de 2023

España y su crecimiento económico durante el franquismo

Si hay algo que todos sabemos es que España es un país con mucha historia detrás, plagada tanto de tiempos de prosperidad económica como de momentos de recesión y declive. En el día de hoy, vamos a ver cómo ha ido cambiando a lo largo de los últimos 150 años, centrándonos principalmente en la dictadura de Franco y tratando de averiguar cómo es que creció tanto durante esa época.


Para medir con mayor facilidad los niveles de prosperidad económica, vamos a observar la renta per cápita durante todos estos años a través de la tabla que nos ha proporcionado el Angus Madisson Proyect:


Como se puede ver, la etapa con mayores ascensos son el Sexenio Democrático, la dictadura y la actual democracia. Por otro lado, la peor de todas fue durante la Guerra Civil.

Sexenio Democrático


En 1868 y tras el derrocamiento de Isabel II, España entró en una época denominada como Sexenio Democrático, caracterizado por la gran inestabilidad política a la que se enfrentó o por la creación de la I República entre otras cosas. Si el PIB per cápita llegó a ascender tanto durante su tiempo de vida fue gracias a la presión ejercida por los liberales para no volver al Absolutismo y las características que este posee, en su lugar, se buscaba un mayor progreso social y económico para todos. Algunas medidas que ayudaron a hacerlo realidad fueron las desamortizaciones de Mendizábal (anteriores al periodo: 1836 - 1837) y las de Madoz (1854 - 1924), que consistían en la expropiación de terrenos y bienes de la Iglesia para ser puestos en venta mediante subasta pública (lo que sirvió para que se liberara gran parte de la superficie de cultivo).

Restauración Borbónica y Dictadura de Primo de Rivera


La Restauración Borbónica dio inicios en 1874 con la finalización de la I República y finalizó en 1931 con la caída de la dictadura de Primo de Rivera. Al comienzo de este periodo, el crecimiento económico era muy elevado como consecuencia de la etapa previa, pero que poco a poco fue descendiendo con el paso del tiempo (al igual que ocurrió más adelante en el inicio de la democracia). Con la llegada al poder de Miguel Primo de Rivera, al principio, la situación económica era más débil que en sus últimos años por la Primera Guerra Mundial, recientemente finalizada, que había desolado al mundo tanto a nivel económico como político y social. El mejor momento llegó en 1925, ya que España dejó de lado el sector primario para dar paso a la industrialización; el Estado decidió invertir en el gasto público, lo que estimuló tanto la oferta como la demanda de bienes que ayudó a facilitar las inversiones privadas. Desde 1928 en adelante, con la estabilización de la peseta se decidió adoptar el patrón oro que, junto con las buenas expectativas de crecimiento por la estabilidad política-financiera y el aumento de las exportaciones, hicieron posible la buena situación nacional.

Segunda República y Dictadura de Franco


Tras la dictadura de Rivera se puso fin a la Restauración Borbónica para que surgiera la Segunda República, pero la gran inestabilidad y hostilidad política hicieron imposible su cimentación, lo que provocó la Guerra Civil en 1936 y no fue hasta la finalización de esta, en el 39, cuando Francisco Franco fue proclamado Caudillo de España, iniciando una segunda dictadura personal que se alargaría hasta 1975, cuando este murió.
Durante los 37 años de duración que esta tuvo, se distinguen dos etapas económicas: la primera entró en vigor nada más comenzar el régimen y finalizó a finales de los años 50. La segunda perduró desde los 60 hasta 1975, donde se pasó al uso del Plan Nacional de Estabilización, que priorizó el desarrollo y la apertura comercial.



Etapas económicas del franquismo

1º Etapa: la autarquía

Como bien acabo de mencionar, comenzó nada más finalizar la Guerra Civil junto con la instauración de Franco y terminó a mediados/finales de la década de los cincuenta. Se caracteriza por el gran retroceso y declive económico por las devastadoras consecuencias del acontecimiento anterior; una industria prácticamente detenida por completo, con escasa producción, desempleo masivo, falta de bienes de todos los tipos y el aislamiento internacional. Durante este tiempo, el gobierno trató de evitar al máximo la importaciones y en su lugar, intentaba que el país se pudiera autoabastecer. Para ello, usó una serie de políticas intervencionistas, el control de los precios y el racionamiento de los pocos recursos que habían.

Con respecto al sector de la industria (cuya producción disminuyó en 1940 un 14% en comparación con el lustro anterior) el Estado se encargó de financiarlo mediante la creación del Instituto Nacional de Industria, sin embargo, la recuperación del sector fue mucho más lenta en comparación con la de otros países tras la Segunda Guerra Mundial (España: 10 años, Reino Unido: 2 años, Francia: 6 años...).
En el campo y la agricultura pasó a manos del Servicio Nacional del Trigo, que requisaba los pocos cultivos para distribuirlos y venderlos por su cuenta (en otras palabras, más intervención estatal). 

La política monetaria, por otra parte, consistió en la emisión de bonos de deuda pública por parte del Banco de España, lo cual produjo la inflación.
Con la política exterior, entre el 39 y el 48 solo se produjo un tipo de cambio fijo y único del valor de la peseta, intentando equipararse a la libra esterlina (que precisamente provocaban lo contrario a lo que el estado quería: por esta medida dificultaban las exportaciones y se facilitaban las importaciones).

2º Etapa: El Plan nacional de estabilización


Finalmente se consideró que la autarquía era un fracaso y un desastre para la economía del país, es por ello por lo que periódicamente se fue pasando a una ideología más liberal a lo largo de los cincuenta. 
La primera medida que lo refleja fue la firma de los Acuerdos de Defensa Mutua y Ayuda Económica (también conocidos como Pactos de Madrid) entre EE. UU y España en 1953. Esta medida permitía el establecimiento de bases militares estadounidenses en España a cambio de una suma económica, las cuales eran más que necesarias en ese momento para la economía española.
El segundo punto fue la formación de un gobierno dirigido por tecnócratas en 1957. Este nuevo gobierno tuvo que hacer frente a problemas financieros como los desajustes en la balanza de pagos o las malas relaciones comerciales, pero también fue el responsable del crecimiento de la producción, la liberalización parcial del mercado y la de los precios. Esto fue posible gracias al Plan de Estabilización de 1959, que también fue el encargado de elevar el tipo de cambio al dólar de 42 a 60 pesetas, de elevar los intereses bancarios para combatir la inflación (reduciéndola un 10,4%) o el establecimiento del permiso de entrada de inversión extranjera.

Todas estas medidas ayudaron a mejorar la situación económica, aumentar el empleo, mejorar el nivel de vida, a tener un mayor desarrollo industrial y en general, subir el PIB per cápita.

Democracia


En los inicios de la democracia, las expectativas iniciales de crecimiento fueron buenas, pero debido a que el mundo se vio sumergido en la crisis del petróleo que duró entre la década de los 70 y los 80, dichas esperanzas se vieron mermadas. No fue hasta los años 90, con la mejora de la situación global y la creación del euro, cuando España comenzó a expandirse y a fructificar nuevamente.
Una vez más, otra crisis volvió a desolar al mundo; esta vez fue la de 2008. Entre ese año y el 2010, el PIB experimentó caídas de más del 3% interanual y, desde 2010 a 2013, volvió a retroceder un 2% interanual. No fue hasta 2014 cuando la conseguimos salir de esta época de recesión según el INE.


En la actualidad, la pandemia del Covid-19 ha supuesto otra crisis al mundo, pero con la reducción de casos de contagio, las vacunaciones y los levantamientos restrictivos, la economía ha vuelto a mejorar, llegando a suponer un crecimiento del 4,6% en España en el año 2022 y se prevé que en 2023 vuelva a incrementarse un 2,2%.

jueves, 5 de enero de 2023

El impacto de la compra de Twitter a manos de Elon Musk

Elon Musk es un empresario, inversor y magnate sudafricano conocido por ser fundador de empresas como Tesla, SpaceX y Neuralink entre otras. Si algo se ha comentado bastante de él a lo largo del 2022 es su deseo de querer comprar la red social Twitter, así que, en el post de hoy, vamos a ver qué es todo el revuelo que está causando.


El 27 de octubre de este mismo año, Musk anunció oficialmente que había comprado la plataforma por 44.000 millones de dólares a través de un mensaje en la propia red social el cual decía "el pájaro ha sido liberado"



¿Por qué tomó esta decisión? ¿Cuáles eran sus objetivos? Pues bien, varias de las razones por las que lo hizo fueron para hacer frente ante la desinformación, para situar a Twitter como un lugar donde se permite la libertad de expresión o para eliminar a todas cuentas falsas y dirigidas por bots entre otras cosas. Hasta aquí todo suena bastante normal, ¿verdad? Pues esperad porque las polémicas vienen a partir de ahora:

La primera medida que llevó a cabo nada mas llegar al cargo fue despedir a más de 7.500 empleados junto con gran parte de la junta directiva, donde se situaban personas como Ned Segal, director financiero, o Parag Agrawal, director ejecutivo, entre otros. La razón por la que decidió hacer esto es, según él, porque quería "reducir los gastos a solo los que fueran estrictamente necesarios".

Para reforzar esta decisión, Musk también ha decidido prescindir de servicios como el de seguridad en las oficinas neoyorquinas de la empresa con el despido de 10 trabajadores, se ha negado de pagar el alquiler en San Francisco (reduciendo el espacio laboral a dos de seis plantas) y ha cerrado oficinas como las de Seattle. Si nos vamos a España, ya ha llegado a despedir a 26 empleados.


La segunda decisión tomada fue readmitir en la plataforma a personajes que habían sido anteriormente vetados por difamar cierto tipo de ideas o pensamientos tales como el antisemitismo, la negación de la existencia del Covid-19 o la manipulación de votos en las elecciones presidenciales estadounidenses pero al mismo tiempo, ha vetado a algunos periodistas de la CNN, The New York Times o The Washington Post entre otros (aunque estos fueron readmitidos casi de inmediato tras realizarse una encuesta entre los usuarios donde el propio Elon preguntaba si preferían que se les levantara el veto inmediatamente o pasada una semana).


Un tercer aspecto fue el inicio de una campaña contra el uso de otras redes sociales, concretamente a Instagram, Facebook, Mastodon, Tribel, Truth Social y Nostr y Post.

Con esta medida se impedía que los usuarios pudieran compartir enlaces de alguna de estas otras aplicaciones, que se nombren, o que estas mismas tuvieran la posibilidad de crearse un perfil en el propio Twitter.


Todas estas cosas han servido para batir un récord en el número de usuarios activos por el gran revuelo causado, pero también son las causantes de que el magnate haya perdido más 137.000 millones de dólares; que se reduzca la plantilla hasta la mitad de la que tenía antes de los despidos masivos; que las instituciones bancarias desconfíen de Musk porque les ha supuesto más de 500 millones de dólares en pérdidas a través de préstamos o, que se desplomen las acciones de Tesla casi un 50 por ciento.


¿Es esto el final de Twitter o aún tiene posibilidad de salvarse? Solo el tiempo nos lo dirá.